jueves, 14 de enero de 2010


EL CUBANO NUNCA FUE SOCIALISTA Y MENOS COMUNISTA. (Primera parte)

Por: José L. Martel.

Dentro de mi pequeña biblioteca conservo un ejemplar del periodista Jorge García Montes y del historiador, Dr. Antonio Alonso Ávila, en su libro titulado “História del Partido Comunista de Cuba” de Ediciones Universal aquí de Miami.
He leído este manual en varias ocasiones y en su prólogo se dice: “Los cubanos adultos no necesitan este libro tanto como los que nacieron después ya son parte de generaciones futuras”. Es todo cierto desde su comienzo este autor trata de mostrar que Cuba siempre mostró sus ideales libertarios y patrióticos ya que nunca engendró esa ideología de socialista y menos de comunista. ¿Qué mosquito nos picó de tal manera que esa semilla germinó en la gobernabilidad cubana después de 1959? ¿Cuáles fueron las verdaderas causas del origen de esta catástrofe que ha lacerado y descompuesto la moral de la nación cubana?

Si hacemos un recuerdo de causas pasadas vemos que nuestro Apóstol José Martí Pérez que durante todo su exilio viajó por todo el continente europeo tuvo una noción clara del socialismo que nunca abrigó en su pensamiento y menos en su corazón. Martí como hombre de ideas libertarias y democráticas siempre vislumbró al socialismo como “futuro de esclavitud” y cuando leyó la obra de Carlos Marx rechazó esa predica sobre la revolución violenta. Su línea demostró con sus acciones una negación del comunismo internacional.

Recuerdo que durante los primeros años del triunfo de la revolución en Cuba se trató de mostrar a tres figuras conocidas como ejemplos de comunistas: José Martí, Pablo Lafargue y Carlos Baliño. Sobre Martí recalcamos que siempre fue una persona que no practicó el odio ni la violencia criminal y anarquía. Y hablando de Pablo Lafargue que nació en Santiago de Cuba en 1841 pero de muy joven se mudó para Francia, tierra de sus padres y siempre vivió en Europa, casado con Laura, una hija de Carlos Marx y llegó a ser uno de los líderes del Partido Obrero Francés y vivió ajeno a todo el acontecer cubano.
Y con referencia a Carlos Baliño nacido en 1848 no era marxista y si durante su vida de emigrante militó en el Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí el 10 de abril de 1892 pero ni conoció a Martí ya que su labor era recaudar fondos y hacer alguna propaganda. Su actitud fue cautelosa y rezagada ya que evitó participar en ninguna expedición y regresó a Cuba después de la independencia.
Durante la colonia (1860-1902) e inicio de la república esos aires del socialismo europeo nunca existieron y eran totalmente ignorados. Dentro del movimiento obrero solo denotaba algo de reformismo y anarquismo únicas manifestaciones ideológicas que se observaban en algunos diseminados grupos de obreros. El primer congreso obrero se efectuó en Cuba en La Habana en el antiguo local del Centro Gallego el 16 de enero de 1892. Se dice que los anarquistas de aquella época les quisieron llamar, “socialismo revolucionario” de la clase trabajadora, lo único que no se demuestra en este hecho en ninguna parte.
Y para dejar bien claro que el pensamiento político de los cubanos independentistas y algunos anexionistas de esas épocas, sin lugar a duda, era el liberal. Ese espíritu del pensamiento con algo de la Revolución Francesa y el ejemplo libertario de Estados Unidos, el vecino del Norte.
Se dice que la Primera Internacional de 1864 disuelta en 1873 y la segunda nacida en 1889 no lograron intereses dentro de los trabajadores cubanos. Ahora si comenzó a sentirse algunas inquietudes de reclamos a sus mejoras sociales en los sectores tabacalero y azucarero. ¿Por qué estos trabajadores resultaron los primeros? Por qué sobre ellos predominó el trabajo esclavo y su aislamiento total de las fuentes culturales y sociales de la época.
El escritor comunista, Joaquín Ordoqui, edita un folleto titulado “Elementos para la História del Movimiento Obrero en Cuba” donde declara sin sostenidos argumentos que desde 1860 existía un incipiente y débil proletariado cubano”. Cinco años más tarde, 1865 se publica el primer periódico obrero “La Aurora” de su director, un asturiano adicto al gobierno español de nombre, Saturnino Martínez y su objetivo la superación cultural de los tabaqueros.
Este es el primero de otros capítulos que trataré de escribir en próximos días. Agradezco la atención brinda del lector y sobre todo de aquellos que sí vivimos el comunismo, fidelismo y totalitario de Fidel Castro.


Miami, Florida, USA
joselmartel@hotmail.com

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