HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO
Por Tiberio Castellanos
El Evangelio dice que crucificaron a Cristo entre dos malhechores. No obstante, a uno de ellos hemos dado en llamarle "el buen ladrón". Cosa que, desde luego, suena bastante rara, puesto que robar no puede tener nada de bueno. Todavía más, algunos hasta dan a este malhechor, un nombre y una muy bonita historia: Dimas, y relatan que éste conoció al niño Jesús, y que... (pero, hoy no tengo espacio para contar toda esta historia).
También se menciona o se sugiere la especial "inspiración" por la cual el malhechor se arrepintió a última hora. No quiero negar ninguna de estas historias. Pero, he leído y escuchado los relatos, acerca de algunos hombres que supieron morir con entereza y algunos hasta con elegancia. Y pienso, que algo así pudo ocurrir en este caso.
Independientemente de cuál haya sido su pasado, parece que este hombre, "el buen ladrón", se enfrenta a la muerte con entereza y le reprocha al otro malhechor su comportamiento con Jesús, crucificado a su lado. (Lucas 23: 39-42) "Nosotros, ciertamente, nos merecemos esta muerte, pero éste no". Y, recordando que Jesús había dicho que su Reino no era de este mundo, le dice: "Jesús, acuérdate de mí cuando vuelvas como rey".
¿Reconoce allí, "el buen ladrón", por misteriosa inspiración, la divinidad de Jesús?. Yo no lo niego. Pero pienso que también pudo ser que este malhechor que estaba allí muriendo como todo un hombre, se conmovió ante la injusticia que se cometía con Jesús, se compadeció de él, y quiso endulzarle el más cruel momento de su vida. -Jesús, acuérdate de mí cuando vuelvas como rey-.
Jesús lo premia: -Hoy estarás conmigo en el Paraíso-.
Si Jesús ha premiado su "arrepentimiento", o tan sólo su gesto viril y su "compasión". Yo no lo sé. Y otra cosa es saber si tan sólo el reconocimiento de que uno merece la pena que está pagando en este momento, es arrepentimiento o conversión.
Miami, FL., USA
04/26/2011
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