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lunes, 10 de mayo de 2010
Y SIGUE LA CONTROVERSIA...
MI SEGUNDA RESPUESTA Y ULTIMA AL “DESAHOGO” DEL COMPATRIOTA J0SE IGNACIO RIVERO HERNANDEZ.
Por José (Pepe) Martel.
Su extenso contenido publicado en su columna del Diario de Las Américas, “Respuesta al compatriota Martel” ha suscitado revuelo e interés en muchos amigos y conocidos míos aquí en Miami. Pues ante todo quiero que sepa Ud., resido en Miami y ¿Usted donde vive? Aquí en Miami, España o en qué lugar del mundo. Como le decía he leído varias veces su artículo donde aparecen párrafos de sus distintos escritos al pueblo de Cuba y a Fidel, los denomina “Cartas sin sobres” donde expresó “sus sentimientos y deseos ver a la patria de nuevo como ayer y no como hoy” una cuestión justa como todos los cubanos amantes de la libertad y democracia queremos que sea, pero con la única diferencia que yo y muchos la queremos ver “mejor de lo que fue ayer y nunca más como hoy”.
Analice esa diferencia ya que por desgracias pasadas “ya sin Batista y su Golpe de Estado Militar del 10 de marzo de 1952 todo cambió y algunos como Ud. si te enteraron. ¡Cosa tan absurda pero al mismo tiempo lógica! Para algunas personas que siempre se acomodaban al mandatario de turno, ya fuese democrático o tiránico como el segundo periodo presidencial del general Gerardo Machado. Fulgencio Batista y Zaldívar violó y pisoteó la Constitución de 1940 y su Diario de la Marina ¡Ni se enteró!
No como un desahogo pero como aclaraciones que al revisar una página que tiene la Universidad de Miami donde aparecen todas las ediciones publicadas del Diario de la Marina desde 1899 a 196… demostrativas de la línea horizontal de tendencia española, clasista burguesa, anexionista, virtualmente conservadora y nunca representativa de las clases vivas de la vida del cubano de a pie. Por favor, mi abuelo materno amigo íntimo del senador Vázquez Bello me decía: “Nunca leas ese periódico que es anarquista, franquista y falangista”. Por lo menos en mi casa en La Habana nunca jamás lo vi, éramos suscriptores de El País-Excélsior y en Prensa Libre de la tarde.
Y compatriota Rivero sin Batista nunca y jamás hubiese existido otra revolución (de las tantas surgidas anteriormente) y menos la existencia de un Fidel Castro como líder. Creo que fueron hechos históricos que todos sabemos y algunos “olvidadizos” no desean recuerdan. Este revolucionario traicionado como Ud. me llama resultó ser un joven estudiante cubano que enfrentó directamente a la tiranía en las calles mientras Ud. esta cómodamente ocupado en su lujoso despacho del periódico más reaccionario que tuvo Cuba. El periódico que alabó a los soldados españoles cuando mataron al general Antonio Maceo, ese relato se lo escuché en 1953 directamente del único hijo del Titán de Bronce, Antonio Maceo, padre del Dr. Antonio Maceo Mackley. Ya ve Ud. estos son desahogos de un cubano.
Y repito, si no hubiese sido por el Sr. Luis H. Valdés que en primicia le respondió su artículo “Desahogo” expresando literalmente y directamente: “Conoce Ud. lo de ahora y quizás lo del pasado cercano, pero no sabe nada o casi nada de lo que se hizo ni lo que se dijo en Cuba al principio de la revolución”. Desde ese instante se inicio este contacto con su persona ya que en Cuba nunca lo conocí y menos leía el Diario de la Marina. Es cierto que después de leer su pensamiento escrito y publicado con el título de “Desahogo” y después de analizarlo expresado por el Sr. Valdés estimé conveniente escribir: “Una respuesta al “desahogo” de José Ignacio Rivero” y emito mi juicio muy personal diciendo “se ha quedado varado en tiempo y espacio” y lo más triste estancado.
En mi poder un valioso e interesante libro por José López Vilaboy, amigo personal de Batista pero crítico de su política, titulado “Motivos y culpables de la destrucción de Cuba” y en su página 310 refiriéndose a 1956 expresa El Diario de la Marina en uno de sus editoriales del cual extraemos este párrafo: “Países competidores del azúcar y el turismo denuncia salvajismo en Cuba. La violencia en las calles de La Habana donde la policía esta obligada a proceder con energía y claridad, para que no quede ni sombra posible de simpatía en ningún sector contrario al gobierno”.
A buen entendedor con pocas palabras bastan, compatriota Rivero, su diario favoreciendo a los victimarios y no a las víctimas, esa siempre ha sido la política del Diario con las clases vivas, condenadlas. No obstante el Sr. Vilaboy en su libro felicita la actitud asumida por Ud. y el presidente de la Liga Anticomunista de Cuba, Salvador Díaz Versón sobre una denuncia por escrita suscrita al presidente Dr. Ramón Grau San a finales de 1946 en protesta por la impunidad que tenían en Cuba el movimiento comunista. De todos reitero que el Diario de la Marina resultó un poderoso órgano informativo en Cuba pero sus intereses fueron clasistas y no fueron fieles defensores de los cubanos en general.
Su historia de vida la conocía desde joven cuando ni pensaba estudiar el periodismo y menos ejercer esta digna profesión. Se menciona como primeros dos periódicos en Cuba en 1813 al Lucero de la Habana (The Havana Star) y El Noticioso Mercantil (The Mercantile Seer) más tarde fundidos en El Noticioso y Lucero de la Habana ¿Cuándo y cómo se funda el Diario de la Marina? Nació el primero de abril de 1844 por los españoles y dirigido por españoles hasta 1919. Desde 1895 fue dirigido por Nicolás Rivero Muñiz, asturiano radicado en Cuba, a quien l Rey Alfonso XIII otorgó en 1919, año de su muerte el título, el título de Conde de Rivero en premio a su amor a
España y su conducta en los difíciles cambios del tránsito a la República.
Al Conde de Rivero lo sustituye su hijo, José Ignacio Rivero Alfonso, con sólo 22 años de edad y designado por la Junta de Accionistas, propietario del periódico. Llegó a ser más famoso que su padre por su brillantez de estilo y el vigor de sus polémicas. Su lema de trabajo: “Dios, Patria y Hogar” orientando la vida de las instituciones económicas, la iglesia católica, la propiedad privad y el predominio de la ley.
A su fallecimiento en 1944, ya único propietario del periódico, y le sucede su hijo, José Ignacio Rivero Hernández, cuyo lema tradicional fue: “El periodismo es en lo externo una profesión, en lo íntimo un sacerdocio”. Dejó de ser director el 10 de mayo de 1960 al ser intervenido por el gobierno revolucionario.
Innegable la fuerza que tuviera durante la república el Diario de la Marina que desde 1930 sus ediciones diarias llevaban un suplemento en roto grabado. Los domingos casi con 180 páginas de formato y con excelentes periodistas que incluía a José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Gastón Baquero, Eugenio D’Ors, José Vasconcelos; además de Baroja, Maeztu, Marañón, Pérez de Ayala y otros. Dos años antes de su intervención, 1958 se había mundo para su nuevo edificio de Avenida del Prado y Tte. Rey equipado con las más modernas maquinaria y equipos de esa época, su costo calculado en más de $4 millones de pesos (equivalente a dólares).
He querido demostrar al compatriota Rivero de la fuerza periodística que siempre tuvo su periódico. Y al mismo tiempo señalarle que una gran parte de la población cubana no gustaba de la línea editorial ni periodística de ese rotativo.
Y para terminar desde hace mucho tiempo la disidencia en Cuba, unidos los jóvenes blogueros con Yoani Sánchez de ejemplo, los presos políticos y de conciencia, los periodistas y bibliotecarios independientes forman un concierto de lucha sin desahogos ni loas como unas mujeres valientes catalogadas marianas Grajales “Las Damas de Blanco” que ya se unen “Las Damas de Apoyo” que al grito firme, no desahogo afirman que Orlando Zapata Tamayo ¡Vive! Sin desahogo y apoyan a un patriota villareño, Guillermo Fariñas Hernández, que sigue su huelga de hambre
-de casi 90 días- firme y valiente sin desahogo. Compatriota José Ignacio Rivero Hernández la recta final es unidad, fraternidad y sacrificio pero sin una gota de desahogo.
Miami, Florida, USA
joselmartel@yahoo.com
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