viernes, 7 de mayo de 2010

FLORES Y RECUERDOS PARA MI QUERIDA MAMA...


A mi querida madre que está en el lugar donde están los del bando bueno que se van... unas flores para ella y el envió del mas triste artículo que he tenido que escribir en mi vida... Léelo Mima... a ti y a Pipo nunca los olvidaré. Tu hijo, OP.

LA UNICA AMIGA PERFECTA
Por Oscar Peña

Creo que nadie en el mundo es completamente capaz de expresar con toda la justicia que se requiere la fortaleza, la belleza y la heroicidad de una madre. Ni feroces leones pueden con la voluntad y la fuerza de una madre de raza. Muy pocas no son genuinas. Estoy seguro que el renglón de madres malas es la cifra mas baja de todas las estadísticas del mundo. Dios, como no puede estar en todas las partes a la vez, creó a las madres como sustitutas de El. Son las mejores activistas de derechos humanos. Son los únicos seres humanos que se pasan el día pensando doblemente. Piensan en sus problemas y en los problemas que tienen sus hijos. Son las únicas que siempre están a nuestro lado de manera incondicional. Si las rechazamos, nos perdonan; si cometemos errores nos acogen; si los demás no nos aceptan, ellas siempre nos abren la puerta. Es la única amiga perfecta.

Veintinueve de mayo de 2008, 6:00 de la tarde. Pierdo lo más puro de mi vida. Recibo una llamada de mis sobrinos en Cuba y de mi tía en Miami para informarme que mi mamá falleció. Cuántas veces todos no deseamos ser millonarios, sin saber que lo hemos sido aquellos que hemos tenido una valiosa madre. Yo he sido millonario de amor. He tenido los abrazos y los besos de mi mamá en los momentos tempestuosos de mi vida, he tenido la amiga cuando la he necesitado, he tenido la madre capaz de dar todo, sin esperar nada a cambio, he tenido en la cubana Juana María Martínez Ruiz, a la persona que nunca dejó de tener confianza en mí cuando las autoridades de Cuba, muchos compañeros y amigos la perdían porque me salí del camino fidelista.

La dura, triste y larga conversación con mi hermana Daysi en Cuba se convirtió en un verdadero debate de amor familiar. Ella no sabía cómo tranquilizarme a mí y yo a ella. Mi hermana me cataloga de un hijo excelente y yo también a ella. La realidad es que ninguno de los dos nos mentimos. Ella ha sido en estos obligados años de ausencia mi fortificación familiar en Cuba. Enterró a nuestro padre hace 3 años y ahora a nuestra madre. Y hoy trata de fortalecerme transmitiéndome que ``mima y pipo siempre estuvieron muy orgullosos de ti, ellos no hubieran durado tanto si tú hubieras seguido en peligro en Cuba, no resistían una prisión tuya más, no te sientas mal por estar fuera del país en estos momentos porque ese era el deseo de ellos, mañana yo voy a enterrar a mima en el cementerio de Guanabo, en la misma bóveda que esta pipo, van a estar juntos para toda la vida''.

Confieso que no sé cómo agradecerle a mi hermana Daysi Peña tanta grandeza. La que sonaba poco en la familia ha sobresalido más que todos en los grandes y difíciles combates de la vida donde también se requiere de mucho valor, entereza y coraje. Gracias a los genes de mi mamá tengo una alta dosis de fortaleza humana, y conteniéndome las emociones logré pedir a mi sobrino que expresara en el cementerio que estábamos enterrando a una gran mujer, a una magnífica hija, a una leal y fiel esposa de 60 años de unión, a una ejemplar madre. Juana María Martínez Ruiz fue de esas cubanas a la antigua que se casó y se llevó a vivir junto a ella a sus padres hasta que murieron. Los adoraba. Yo nací y me crié en un hogar con dos padres y dos madres. Sólo por eso tendría que estarle eternamente agradecido a mi mamá, pero también tengo que agradecerle el amor verdadero, eterno, genuino, aquel que perdonó las travesuras transitorias del hombre, aquel amor desinteresado de Juana María Martínez Ruiz por mi papá Oscar Peña de Armas, logró que nunca se separaran y hoy estén juntos en el mismo panteón.

Ayer cuando he llorado la pérdida de mi papá, y hoy cuando lloro la de mi mamá, sin poder estar al lado de ellos en sus últimos momentos, me identifico más con los miles de cubanos que han pasado por duras experiencias similares en este medio siglo de obligada, abusiva e innecesaria separación. No debió suceder así, y debemos luchar para que ese doble dolor no se repita nunca más entre cubanos. Descanse en paz mi única amiga perfecta.

Miami, FL., USA
05/07/2010

1 comentario:

  1. Tengo que confesar que he leído el escrito de mi amigo Oscar Peña, secándome las lágrimas que casi no me dejaban terminar la lectura.
    Pienso en su madre, pienso en mi madre, y pienso en las miles de madres cubanas que se sacrificaron tanto por sus hijos y que han cerrado los ojos sin poder tenerlos a su lado.
    Pienso también en nosotros, los hijos desterrados, ¡viviendo el triste destino de una patria secuestrada por la tiranía unipersonal más larga del mundo!
    Y en medio de tanto dolor, siento la alegria de que nuestra madres, de que la mamá de Oscar y la mía, están con nosotros, que nunca nos abandonaran, porque las madres son así, son eternas.

    Un beso y un abrazo Oscar. Te quiero.

    Martha Pardiño

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