viernes, 24 de diciembre de 2010

CHAVEZ, EL PAYASO DE MIRAFLORES


LA LOCURA, UNA ESTRATEGIA DE PODER
Lic. Amelia M. Doval

Describir la postura (no se refiere únicamente a posición del cuerpo) que los discursos del mandatario Hugo Chávez acostumbra a realizar es hacer una descripción detallada de un ser con la patología sicológica conocida como narcisismo. Esta enfermedad se muestra, en quienes la padecen, como una necesidad incontrolable de sentirse importante, exitoso y admirado. Sólo una persona enajenada de la sociedad puede entender la importancia tan vital para la humanidad de contar con las famosas ´´arepas venezolanas´´, como alimento número uno a escala mundial.

Indiscutible es el valor nutritivo y gustativo de tal producto pero, de ahí a provocar su consumo masivo va un largo camino de locuras y banalidades. Cuando en el año 1991, en plena crisis económica, conocida como opción cero, donde el pueblo cubano moría categóricamente de hambre, Fidel Castro habló de consumir papa en vez de arroz, la isla enmudeció de dolor. Tan espeluznante declaración le demostró al enfermo pueblo cubano que comenzaba una etapa de mayor hambruna y en efecto así fue. Puede ser Ubre Blanca, una zafra loca, un café sembrado en llanos o unas arepas que traspasan las fronteras, la idea es derrochar, destruir, desviar la atención y seguir en el poder.

Lo incomprensible es que con tales experiencias, los venezolanos permitieran que tal magnitud de aberrado mental ocupara el cargo de presidente. Escuchar a Chávez, es penetrar en la mente de un esquizofrénico (con perdón de los enfermos) que alucina sobre una realidad ilusoria que sólo es capaz de observar él. Detenerse en cada palabra nos sumerge en la idea de estar ante un programa de disparates cómicos y burlescos. No tiene lógica ni en lo que dice, ni en lo que hace e imaginamos que ni siguiera en lo que piensa.

En su indiscutible venganza y ansias de poder, destruye a su paso cada signo de desarrollo existente. Si hubo cubanos que ayudaron a construir un país prominente, aportando su esfuerzo de emigrante, hoy hay otros cubanos que roban sin piedad.

El pueblo venezolano está a tiempo de entender que su riqueza está siendo dilapidada por quienes arrancan, como buitres ansiosos, cada pedazo de su historia, de su vida y su desarrollo. El pueblo que doblega su carácter permitirá, sin oponerse, que otros dobleguen su espíritu.

Miami, FL., USA
12/24/2010

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