CONRADO CON UN SIGLO A CUESTA
José (Pepe) Martel
Es fácil decir 100 lo difícil es llegar a vivir un siglo y valía la pena preguntarle a Conrado Marrero como y de forma arriba a su cumpleaños número 100 y sin dejar de fumar su inseparable amigo el tabaco. Lo admiré siempre como uno de los mejores lanzadores de esas épocas del béisbol amateur y profesional en Cuba y sus triunfos jugando en Grandes Ligas con los Senadores de Washington.
De humilde familia campesina nació en una finca llamada El Laberinto dentro del municipio de Sagua La Grande un lunes 25 de abril de 1911 justamente 100 años a la fecha. Su nombre completo, Conrado Eugenio Marrero Ramos conocido como “El Premier” y “El Guajiro de Laberinto”. Después del fallecimiento del ex – big leaguer, Anthony Frances Malinowki, el pasado 8 de febrero, Marrero ocupa el primer lugar longevo a nivel mundial.
Los que conocieron y todavía conocer al Premier manifiestan del magnifico humor y espontaneo buen carácter que goza siempre contado sus anécdotas y dando consejos a todos los jóvenes que se acercan para escuchar de sus recuerdos de gran lanzador. Comenzó como tercera base y campo corto. En una ocasión como [apaga fuegos] fue llamado al montículo y ese relevo resultó y definió su verdadera vocación de lanzador.
Marrero llegó algo tarde al profesionalismo ya que contaba con 35 años. Se inició dentro de la pelota amateur organizada a la edad de 27 años vistiendo la franela del Cienfuegos (1938-1945) donde ganó 127 juegos y perdió solo 39. Las estadísticas de por vida como profesional en Cuba (1946-1957) fue de 60 victorias con 39 derrotas. Aparte de las tres temporadas que lanzó con los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida donde compiló 70 victorias con 25 derrotas.
Llegó a las Grandes Ligas con 39 años [más o menos como Orlando “El Duque” Hernández] jugando para un equipo perdedor y con un sótano siempre reservado. Con el Washington (1950-1954) ganó 39 y perdió 40 compartiendo banco con otros compatriotas cubanos: Roberto Ortiz, Rogelio
Marrero demostró siempre una serenidad en todas sus actuaciones. No tenía esa bola rápida pero si un repertorio envidiable de cambios en sus envíos. Estuvo a punto de anotarse un juego perfecto frente a los Atléticos de Filadelfia [abril 26, 1951] hasta que finalizando el octavo, Barney McCosky, le conectó un jonrón. Otra de sus anécdotas fue con Mickey Mantle –uno de los mejores bateadores de todos los tiempos- esa vez dominado en tres ocasiones el jardinero central de los NYY le conectó un triple. Terminado el desafío un reportero de prensa le preguntó que como sentía después de ese batazo a lo cual respondió: “Te diré que bien, yo lo engañe 3 veces y él solo una”. Otro comentario interesante lo hizo Ted Williams en referencia a Marrero manifestando “es meritorio reconocer como un lanzador recién llegado de la Liga Internacional de la Florida y como solo 7 pulgadas y 158 libras triunfe en las Grandes Ligas”.
Las actuaciones de Conrado Marrero fueron observadas y bien valoradas por analistas y especialistas que destacaron su concentración y su no distracción en cada lanzamiento cuyo arte no solo era lograr el strike sino colocar la pelota en el lugar donde mas daño le hacía a su rival. Era un estudioso de la debilidad que descubría a cada envío. Estudioso de las virtudes y defectos de cada bateador ha quien se enfrentaba.
En la Liga Profesional Cubana jugó con los equipos Oriente, Almendares y Mariano (1946-1958). Grandes receptores fueron sus recibidores como Fermín Guerra (fallecido en 1992) y Andrés Fleitas que vive en Miami.
No quiso abandonar la patria donde tiene una gran popularidad y se dedicó a enseñar y adiestrar a muchos de sus lanzadores. Braudilio Vinent perfeccionó su [slider] en la década del 70 gracias a Marrero. Otro que le agradeció su experiencia fue Orlando Figueredo, ambos orientales. Trabajó como entrenador del INDER en La Habana del Este, Matanzas, Granma y Santiago de Cuba.
Varias condecoraciones le fueron otorgadas en Cuba. En 1998
El vive y tiene 100 años. Ha sido un fumador de tabacos o puros –como se le quiera llamar- ya que es un cubano criollo que gusta vestir de guayabera blanca y orgulloso siempre de su buen tabaco cubano. Personalmente me parezca al Premier por su talento y apego a fumar tabacos ya que desde los 15 años son parte de mi vida.
Nunca he fumado un cigarro o cigarrillo y si lo imito con el deleite y el disfrute de encender un buen tabaco cosechado en Honduras con capa de semilla cubana que envuelve un delicioso capote dominicano de olor y un exquisito manojo de tripa hondureña por lo cual me denominé durante mi estancia en República Dominicana como [el cubano del tabaco].
Muchos años más de vida le deseo a Conrado Marrero una gloria del beisbol del mundo.
Miami, Florida, USA.
joselmartel@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario