DE FARSANTES Y LADRONES
Por Fernando J. Milanés MD
En El Nuevo Herald del 4 de Marzo leí tres tópicos aparentemente disímiles, pero que demuestran el estado de la Cuba actual. La opinión del siempre brillante Carlos Alberto Montaner, explicando las razones de la entrevista de Raúl Castro con el siempre ingenuo y a veces dañino Jimmy Carter, y los artículos de Juan Carlos Chávez y Raquel Martori, sobre las críticas de la salud, y la reapertura del museo Napoleónico en Cuba nos demuestran de distintas maneras la farsa que siempre ha sido la tiranía Castrista en el país donde nací.
El menor de los Castro trata de mantener su tenue control en el poder, debilitado por razones de calendario y la creciente crisis económica, engatusando a nuestro presidente Obama en acciones que lo favorecen, sin tener nada substancial que ofrecer en cambio. La disidencia se une a la Iglesia, denunciando lo que por décadas los médicos en el exilio veníamos haciendo.
Los famosos logros en la medicina, al igual que en la educación, siempre fueron “cortina de humo”, desgraciadamente repetida “ad nauseum”, por los simpatizantes del régimen. La discriminación, la esclavitud, y la falta de derechos de la clase profesional, al igual que la imposibilidad económica de un sistema que nunca fue gratis, hasta el momento fueron asuntos convenientemente ignorados.
Al igual, todavía se ignora que el famoso “patrimonio de la patria”, el cual llena el museo Napoleónico, es producto en su mayoría del robo de propiedades privadas por los ladrones Castristas. El tal museo admirado por una llamada “princesa Napoleón” y la casa donde se inauguró, pertenecieron en su época a familias ahora fuera del país.
Después de más de 50 años el mundo empieza a reconocer que los antes adorados Castro son, y siempre fueron, además de tiranos y asesinos, una pandilla de farsantes y ladrones.
Miami, FL., USA
04/03/2011
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