jueves, 9 de diciembre de 2010

MIENTRAS MAS CONOZCO AL HOMBRE, MAS QUIERO A MI PERRO


NO QUIERO CIELO SIN MIS PERROS
Por Fernando J. Milanés MD

No pertenezco a ninguna religión, pero soy creyente de la existencia de un Dios y una resolución de los misterios de nuestras vidas después de que nuestros cuerpos dejen de existir.

En estas fechas donde se celebran distintos aniversarios religiosos y el nacimiento de Jesús, oímos de muchos niños la aspiración de tener un perrito. Mis padres me decían que de niñito, respondía “Blackie” a la pregunta de quién era mi mejor amigo. Era mi perrito Boston Terrier.

¿Por qué esa fascinación de nosotros con esos animalitos? Simplemente, porque son un ejemplo de las virtudes a las que aspiramos y carecen de nuestros defectos que demostramos a diario.

Cariño eterno, lealtad, compasión y comprensión sin límites, no discriminan, les da igual nuestro color, sexo, riquezas, agradecen lo poco o mucho que reciben, aceptan castigo sin sed de venganza, conocen sus límites y salvo un poco de sustento, no piden nada.

Desgraciadamente duran poco en nuestro mundo y lloramos sus ausencias muchas veces a lo largo de nuestra existencia. ¿Y después?

Muchas religiones explican que no hay perros en el cielo y que el objetivo de la vida eterna es para que los creyentes sean transformados en almas puras y sin defectos. No lo acepto. Si existiera algo para mí después de muerto, yo quiero encontrarme con todos mis perritos.

Miami, FL., USA
12/09/2010

3 comentarios:

  1. Wow . . . cuando leí este articulo ayer en la sección “Cartas al Director” del Diario las Américas me impacto e identifique muchísimo con lo que señor Milanes expresa en su escrito. A pesar que soy Cristiana-Bautista y reconozco lo que dice las Escrituras a cerca de este tema, no puedo negar el sentimiento tan especial que se le llega a tener a estos animalitos. Yo, por ejemplo, desde niña siempre tuve perritos y crecí entre ellos, y aun de adulta siempre he tenido perros. Son realmente muy fieles e incondicionales, recuerdo 2 anécdotas muy peculiares y conmovedoras que experimente. Mayormente siempre tuve perros chiquitos, pero la “Niña”, una mezcla de Chau-Chau con Pastor alemán, se perdió y fue a dar a la perrera municipal y hasta allá la fuimos a buscar, cuando ese animalito vio a mi esposo, lo único que le falto fue hablar y pedirle a gritos “sácame de aquí”, que aun con una pata rota daba brincos de alegría al verlo. Luego, mi esposo mismo me regalo otra más pequeña, la cual llego desde Brasil y se convirtió en mi más fiel compañera en momentos de enfermedad y soledad. En sus últimos días, cieguita y enferma de la noche a la mañana, aun me reconocía solo por el olfato y el oído. No puedo dejar de admitir que me gustaría y deseo de todo corazón llegar al cielo y allí encontrarme con todos mis seres queridos … pero con todos mis perritos también!

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  2. YO no quiero cielo sin mis perros yo tampoco mi deseo seria reunirme con mis mascotas el dia q muero ..me emocione mucho al leerlo

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  3. amo verdaderamente a algunas pocas personas en mi vida, pero absolutamente amo a todos los hermosos seres de cuatro patitas que Dios puso en mi vida. y espero de todo corazón me deje reunirme con ellos de nuevo.

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