domingo, 31 de octubre de 2010

LEE FUE UNA CONTRIBUCION NOTABLE EN LA VICTORIA DEL TEXAS CONTRA LOS YANQUIS


¿SORPRESA O YERRO EN LA OPINIÒN?
Por Andrés Pascual

Se están inventando palabras por la crónica del béisbol para desviar la atención cuando se desconoce; por ejemplo, el lanzamiento del serpentinero: “breaking ball” (pelota de rompimiento en español) para las curvas; pero todas las curvas “rompen”.

La presencia de los Vigilantes de Texas y de los Gigantes de San Francisco en la presente Serie Mundial nos ha puesto ante el dilema de considerar como “sorpresa” las victorias de estos clubes porque no se fue capaz de ir a la raíz en los análisis de posibilidades ni cuando comenzó la postemporada. Y, en estos casos, lo que se diga tiene valor si fue antes de que ocurriera; después no, que así cualquiera sabe.

Lo primero que casi nadie tuvo en cuenta fue que el miedo ante la prueba por esteroides provocó un bajón repentino y considerable del bateo y, sobre todo, del bateo de largo metraje que, a la vez, trajo aparejado un incremento del juego defensivo encabezado por el pitcheo y un regreso a los patrones tradicionales, bellos y efectivos del juego: la combinación de elementos con preponderancia de la velocidad como factor decisivo en la contribución a la victoria. Los clubes que no se prepararon decepcionaron, se frustraron y perdieron…

¿Por qué tenían que ganar los Yanquis? ¿Por el nombre? ¿Quién ha dicho que un nombre gana juegos y menos en una época en que cualquier propietario ofrece villas y castillas y las paga?

Filadelfia salió favorito por su equipo balanceado en todos los órdenes: buen bateo, velocidad aceptable, buena defensa y un pitcheo de altura que lo encabezó Roy Halladay, que tuvo la suerte de pitchear dos juegos de cero hits cero carreras en la temporada; sin embargo, muy pocos miraban al Oeste, a la Bahía de San Francisco, donde los Gigantes acoplaron un equipo de equilibrio y, sobre todo, de muchas ganas ante el reto; pero, de llenarse la boca todo el mundo con Halladay, con un 50 % de razón, la obligada revisión del récord de Tim Lincecum quedó más olvidada que un recado a una persona demente; porque, ¿Qué pitcher puede tener más mérito en Grandes Ligas que el único activo con dos premios Cy Young? Con la efectividad y el promedio de ponches del “pelú” es un riesgo mentecato considerar a Halladay “lo mejor del pitcheo de hoy”; en todo caso, y muy justo, se les debe considerar iguales en clase…Pero uno tenía que perder y la mala suerte le tocó al derecho de los Filis, porque el equipo entró en mala racha de bateo en el momento inoportuno y San Francisco impuso su pitcheo y su juego atractivo de “traje sucio” por el reguero en bases, que encabezó alguien cuya encomienda ha sido siempre jugar como el más valioso para el club que actúe: Cody Ross.

Texas le ganó a los Yanquis porque son un club mejor que los una vez llamados Bombarderos del Bronx y porque tienen un pelotero que, acaso, es lo mejor y más completo de la Liga Americana en Josh Hamilton; pero tienen a Vladimir Guerrero, material indudable para Cooperstown y se hicieron de Cliff Lee…

Son tiempos en que, si la política contra los usuarios de esteroides continúa, el patrón de juego regresa totalmente al tradicionalismo efectivo que nunca debió conceder; a fin de cuentas, el beisbol es defensa, pitcheo y estrategia directriz. Para eso no estaban preparados ni los Yanquis ni ninguno de los que perdió. Vamos a presenciar un buen Clásico de Octubre. Que nadie lo dude.

Miami, FL., USA
10/31/2010

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