LA ISLA DE LOS MAGOS, NO DE LOS VAGOS.
Lic. Amelia M. Doval
Dovalamela@yahoo.com
Cuba, el circo de la existencia, es una sociedad de magos, ilusionistas del diario. Un pueblo que carece de comida pero, la inventa porque su batalla diaria es buscar soluciones a lo aparentemente imposible. Un logro magistral a nivel internacional son los engendros mecánicos que olvidados por la industria automovilística aun mágicamente transitan por la isla donde no hay petróleo mas el pueblo resuelve, crea carros híbridos, combinación inexacta entre la gasolina y el invento.
De un galón clásico de gas partido al medio se fabrica una barbacoa a lo cubano, hace unos años con un perchero de hierro y una bandeja de aluminio se diseñaba la perfecta antena de recepción para radios y televisores, estos son algunos, los más populares, conozco a un increíble ingeniero mecánico creador de un parque de diversiones con tubos de acueducto, de una increíble pulidora de piso, un máquina de hacer cercas. Cuando observamos estos alcances de la creación o se visita una exposición de Pavexpo (sede expositora cubana) donde artesanos, artistas, ingenieros, todos los creadores muestran sus logros cabe preguntar por qué se habla de una generación de vagos en Cuba.
Mejor analicemos, un vago es una persona que va de un lugar a otro sin fijarse en ninguno, realmente no creo que esto sea descripción exacta para un pueblo que no ha conocido otro espacio que el suyo, otra miseria que su isla y otro gobierno que el impuesto. El vago es una persona sin oficio ni beneficio, el concepto evidentemente no es compatible con la vida de un cubano, pues de una manera u otra todos tienen el oficio de sobrevivir inventando el diario, haciendo salir de la nada el conejo del sombrero.
Traspasan paredes, obstáculos que cualquier persona consideraría una ilógica manera de vivir. Se les llama vagos porque no quieren trabajar en una industria inservible e inoperante porque prefieren crear una computadora uniendo componentes y así establecer el trueque conocido como bolsa negra. Para el gobierno cubano, dueño de todo, debe ser mucho más fácil tener menos empleados para pagar salario y pensiones al retirarse, es más cómodo facilitar el intercambio, cada cual se soluciona su problema bajo el miedo de entender que no es legal y si exceden las ganancias o son indisciplinados políticamente hablando se les retira el derecho a jugar como empresarios.
Es preferible dar la idea de un país con un ejército de vagos a los que hay que castigar por su mala actitud y no demostrar que se tiene un gobierno totalmente incompetente. En realidad no es justo adjudicarle el San Benito de incapaces a quienes crean la existencia sin más recursos que el empeño diario, aunque lo cierto es que nadie, ni quienes lo censuran quisieran trabajar por apenas $10.00 dólares mensuales que no alcanzan para pagar la deuda interna impuesta de cada familia con el gobierno, aproximadamente de 6500.00 pesos cubanos, impagable por la lógica matemática.
No es un pueblo de vagos, es un pueblo cansado de ser siervo y explotado, un país revolucionando la industria de la inventiva para comercializar ilícitamente sus increíbles hazañas, con el miedo acechando detrás de la puerta porque es mucho más difícil controlar un pueblo con solvencia económica que un pueblo con la autoestima perdida y el bolsillo vacío. Repetir lo que por años nos han dejado saber como una versión tácita del problema cubano, es contribuir al juego publicitario creado por gobierno.
Miami, FL., USA
04/25/2010
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