EL MILAGRO DE LAS DAMAS DE BLANCO
Por: Elsa M. Rodríguez

Ciertamente Emilio y Gloria Estefan tuvieron una muy buena idea al organizar una marcha en la emblemática Calle 8 desde la 27 Avenida hasta la 22. Se trataba de demostrar que la gente en el exilio apoya a las Damas de Blanco cuando ellas desfilan por La Habana simplemente con un gladiolo en sus manos, para pedir la libertad de sus seres queridos.

Yo desfilé también, pero aquí en Miami, y me sentí orgullosa de estas mujeres que lo hacen mientras son acosadas por las autoridades, mientras que aquí sucedía todo lo contrario, las autoridades nos protegían a las mujeres de blanco con gadiolos en las manos y a los hombres que nos acompañaban.

Pero lo mejor de esta marcha estuvo en que por una vez todo el exilio estuvo unido, aquí estábamos todos, los recién salidos de Cuba, los que llevan aquí más de cuatro décadas, políticos de ambos partidos, los medios de comunicación unidos en un mismo propósito, sin tratar de tener exclusivas, artistas que fueron famosos en la Cuba de ayer, como Olga Guillot, artistas que se han hecho famosos en el exilio como Willy Chirino y Lissete y otros que hasta hace poco no estaban en Miami pero que son muy conocidos por los cubanos de la isla porque no hace tanto actuaron ante ellos, como Pancho Céspedes, Amauri Pérez, Carlos Otero, Alexis Váldes, y muchos más que enumerarlos ocuparía una página completa.

Todos como una masa compacta con un mismo deseo, con un mismo ideal, con una misma consigna, pedir libertad para los presos políticos en la isla, pero sobre todo pedir libertad para todo el pueblo cubano que hoy vive en esa cárcel que es Cuba. En eso reside el milagro de las Damas de Blanco, en unir a los cubanos todos fuera de Cuba y en hacer que por fin en otros países abran los ojos y por primera vez condenen al régimen asesino de los hermanos Castro.

Hialeah,FL., USA
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