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Indudablemente esta es la época más linda del año. Las personas reflejan una alegría en sus rostros que no pueden esconder. Muchos viajan por aire, tierra y mar para compartir con sus seres queridos. Los puertos y aeropuertos no dan abasto. Las compañías que rentan autos, las tiendas por departamentos, los mercados, etc, aumentan sus ventas de una manera considerable.
No es menos cierto que hay otros que viven lejos de su tierra natal, y no tienen la dicha de compartir con los suyos. Estos experimentan una sensación de nostalgia que los hace sentir tristes y melancólicos. Entre risas y llantos cada año celebramos la Navidad. Se ven arbolitos por doquier, grandes cantidades de luces y adornos, la gente aumenta de peso de tanto comer comidas deliciosas, en fin, cada quien la pasa lo mejor que puede.
Todas estas cosas están muy bien. No tiene nada de malo que compremos regalos para las personas que amamos y apreciamos, que bailemos, cantemos y gocemos hasta más no poder pero, lo más importante de toda esta celebración no puede pasar por alto, el verdadero significado de la Navidad. No olvidemos que hace más de dos mil años nació el niño Jesús, el cual vino a este mundo para luego morir en la cruz por nosotros los pecadores..
Gracias a este sacrificio del hijo de Dios, hoy tenemos la esperanza de una vida eterna después de la muerte.. Cristo derramó su sangre preciosa para limpiar todos nuestros pecados. Es por eso que esta época del año debe ser motivo de gran alegría. Nuestros corazones deben estar henchidos de gozo y júbilo. Quiero desearles a todos unas felices fiestas, no sólo a los fieles lectores de este medio de información, sino también a todos aquellos que hacen posible su publicación. ¡Feliz Navidad!
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