NI EL PAPA NI LA MADRE DE LOS TOMATES
Por Juan Carlos León
Desde que tengo uso de razón he venido escuchando que Cuba sería invadida desde el  exterior. Por un lado los  Castro nos prepararon psicológica y militarmente para cuando los gringos nos atacaran; por otro, los  más soñadores nos inculcaron la creencia de que algún día alguien llegaría a la  isla –desde no sé dónde-  y nos resolvería nuestro problema. Vivir  de ilusiones; morir de desengaño.
¿Hasta cuándo el pueblo de Cuba seguirá esperando a que ocurra un  milagro? ¿Acaso no se dan cuenta que el problema de los cubanos nos corresponde solamente a nosotros  resolverlo? Ni el Papa ni ningún otro intermediario han sufrido en carne propia  lo que ha experimentado la población de la mayor de las Antillas en el último  medio siglo. No sigamos  esperanzándonos con falsas promesas y emisarios de afuera.
Tomemos las riendas de nuestro propio destino y asumamos responsabilidades. Si en el 2011  varios países del medio oriente  lograron su libertad y democracia, ¿por qué Cuba no lo  puede hacer también? ¿Será que los cubanos somos tan poca cosa? No lo creo. A  través de los años ha habido hombres en nuestro país que lo han sacrificado todo  por nuestra patria. Hoy los tenemos también. Lo que hace falta es un poco más de  unidad.
Ni el Papa, ni Estados Unidos, ni la madre de los  tomates nos darán la libertad de Cuba. Eso nos corresponde a nosotros los  cubanos, tanto los de la isla, como los de la diáspora. Agradezcamos a Benedicto  XVI por sus buenas intenciones. Después de todo, él es solo un servidor de Dios aquí en la tierra y lo único  que puede hacer por nosotros es rezar; la acción la tenemos que poner  nosotros.
Pidámosle directamente a nuestro Creador que nos ayude a librarnos  para siempre de esa maldición llamada Fidel y Raúl Castro. Perdónanos Señor por  haber sido tan idólatras y malagradecidos contigo poniendo a estos dos asesinos  por encima de ti. Sabemos que aborreces la idolatría y nos haces pagarla hasta  nuestra tercera generación. Ten compasión de nosotros, Padre Santo. ¡Amén!
Miami, FL., USA
03/26/2012

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